Vigueses
Artículo publicado
21/03/2022
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ALFREDO LAGOS SILVA – ASTILLEROS LAGOS
En 1972 Alfredo Lagos Silva fue el único participante español en la Regata del Descubrimiento, de Bermudas a Baiona. Falleció a los 95 años en Marzo 2022.

Los Lagos, como se les conoce, han sido siempre fieles a su vocación, la de carpinteros de ribera. Y de sus manos han salido extraordinarias embarcaciones de diseño propio que en su época – en sus diferentes épocas – fueron siempre las más avanzadas.
El astillero lo fundó en 1915 Alfredo Lagos Carsi, quien había pasado su adolescencia y parte de la juventud estudiando en Gran Bretaña para regresar como ingeniero y arquitecto náurico formado en el Royal Technical College of Glasgow.
Se instaló en varias ubicaciones en distintas zonas de Vigo hasta que en 1944 se instaló en la actual del astillero, en Bouzas. En unas naves que hoy llaman la atención por su envejecida chapa ondulada de un exterior que es exactamente igual a como estaba entonces, porque a los Lagos les gusta conservar las cosas y la tradición.
LA ÉPOCA DORADA DE LOS SNIPES
En el año 1932, en el Náutico de Vigo se descubrió en una publicación náutica americana el diseño de un snipe.
Así, en España, se inició en Vigo la construcción de esta clase de pequeño velero de competición en cuyo éxito y difusión tuvieron mucho que ver Astilleros Lagos, con mucha diferencia los principales fabricantes de nuestro país, que en las siguientes décadas construirían cientos de modelos. Sus snipes eran, simplemente, los mejores.
Y como no podía ser de otra manera, el primer campeonato de España se celebró en nuestra Ría, en el año 1942, creándose una verdadera cantera de aficionados que navegaban y competían, por lo que los vigueses mayores, tanto los aficionados a la náutica como los que no lo son, recordarán la rivalidad entre Cholo Armada, con su «Chuvias» y Jaime Massó, con el «Sur».
En los años cincuenta y sesenta, las regatas de snipes ocupaban, sus incidencias y resultados, buen espacio en las páginas deportivas de los diarios locales Faro de Vigo y Pueblo Gallego.
LANCHAS AUTOMÓVILES, STAR, DRAGONES Y DELFINES
Pero no sólo eran snipes lo que salía de Astilleros Lagos, ni mucho menos. También veleros con diseño único y su sello de calidad, de las clases star, gragones y delfines. Y las estupendas y veloces lanchas automóviles, que así se llamaban las que hoy son tan clásicas como lo pueda ser cualquier vehículo deportivo terrestre con ruedas tipo Aston Martin de los 40, por ejemplo.
Una de aquellas lanchas la mandó construir el arquitecto Antón Román Conde con las maderas preciosas – palisandro, caoba, ébano – que él mismo se había traído de Guinea Ecuatorial tras una larga estancia profesional en la antigua colonia. Le entregaron, claro, una lancha excepcional.
Y en ello siguen, en la construcción de yates a medida. De madera, por supuesto; pero ahora también diseñan para la construcción en otros materiales como acero, aluminio o composites, siempre, eso sí, manteniendo un sello de barcos clásicos. En su catálogo llama la atención un extraordinario sketch de acero de 80 pies (24,5 metros), el Lagos L80.
Otra actividad tradicional y por la que los Lagos son renombrados es la restauración de embarcaciones de época. Por su taller han pasado barcos tan destacados como el Acacia II, de 1928, de la autoría del mítico diseñador de yates finlandés Gustav A. Estlander, una destacadísima referencia en la historia de la náutica deportiva.
UN PRESENTE EN MANOS DE LA TERCERA GENERACIÓN
Alfredo Lagos Senior comenzó a trabajar en el astillero de su padre en 1947, cuando contaba veintiún años. Después le seguirían dos de sus hermanos, Juan y Nito Lagos.
Empresario, diseñador de barcos, restaurador, gran navegante, organizador de regatas. Durante décadas, cuando aun faltaba mucho para la era de Internet, mantuvo correspondencia con navegantes de todo el mundo, muchos de los cuales habían acudido en alguna ocasión al astillero con sus barcos para labores de revisión y mantenimiento. Se jubiló en 2011, a los ochenta y cinco años, tras casi sesenta y cinco en la empresa; pero sigue actuando, cuando ya casi ha cumplido los noventa, como una especie de cónsul de Vigo en el mundo oceánico. Unas cartas que conserva todas en ese despacho que también es museo.
Como reconocimiento internacional a su figura fue miembro honorario de The Royal Cruising, sociedad británica fundada en 1880. Un club de enorme prestigio que sólo tiene cinco socios de honor, entre ellos Alfredo Lagos Senior. Y sigue ejerciendo de reputado cascarrabias; pero tan entrañable que eso hace todavía más atractiva su personalidad.
Dos de sus hijos, Alfredo Lagos Junior y Alberto Lagos, son los que ahora llevan el astillero y varadero cuya esencia y espíritu siguen inalterables aunque se haya sumado la actividad del brokerage y abierto una tienda náutica.
Vigo tiene que estar orgulloso de esta empresa singular con una historia tan importante detrás.
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