Crónicas de otro Vigo

Una histórica rebelión ciudadana
por la hojalata (1890)

Una histórica rebelión ciudadana | por la hojalata (1890)
A finales del Siglo XIX las fábricas de conservas viguesas consumían grandes cantidades de hojalata que en su mayor parte debía importarse de Inglaterra debido a que las siderurgias del entorno de Bilbao no producían con la misma calidad ni tampoco podían atender con puntualidad la demanda.
El problema fue que por entonces se limitaron las importaciones y consecuentemente surgieron las dificultades de los conserveros para obtener los cupos necesarios, hasta el punto de que en 1890 algunas fábricas tuvieron que detener la producción.
La situación se agravó de tal manera que el día 9 de Marzo de aquel año tuvo lugar una gran manifestación ciudadana, convocada por los diferentes sectores productivos, en solicitud de la libre importación.
Cuentan las crónicas que toda la población se echó a la calle para corear consignas contra los gobernantes de la nación, en una de las efemérides más curiosas en la historia de Vigo, por lo que significó en defensa de los intereses comunes de todos los sectores.

 

Fue la primera concentración multitudinaria en una ciudad desde entonces con una gran tradición en todo tipo de manifestaciones callejeras. Con una diferencia: en aquella ocasión protestaron juntos obreros y empresarios.

José María Alvarez-Blázquez lo narra así en su magnífico libro «La ciudad y los días»:

«Las industrias conserveras y pesqueras en pleno – fabricantes, armadores, obreros de mar y tierra – se manifestaban públicamente, pidiendo a los poderes públicos libertad para la importación de hojalata y estaño, con destino a la conservación de la pesca. El pueblo entero de Vigo se suma a los manifestantes, en una unánime e impresionante demostración, de la que se hace eco la prensa nacional. Se cursan telegramas a las autoridades de la provincia y al gobierno, no obstante lo cual, el ministro de Hacienda, don Fernando Cos-Gayón (diputado por Lugo), hace caso omiso de los clamores de un sector tan importante de nuestra economía, resolviendo en contra de sus demandas. Cos-Gayón era un teórico y, además, tampoco era de Lugo».

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