Vigueses

Artículo publicado

12/08/2021

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FEDERICO RIBAS MONTENEGRO
EN SU TIEMPO UN VIGUÉS UNIVERSAL

Fue un genio del dibujo, del diseño gráfico y de la publicidad, considerado en la primera mitad del Siglo XX como uno de los grandes artistas plásticos españoles, con una gran proyección internacional. Pero, como ocurre con otros vigueses relevantes, tanto su obra como su figura son medio desconocidas en nuestra ciudad. FEDERICO RIBAS MONTENEGRO … Continuar leyendo "FEDERICO RIBAS MONTENEGRO | EN SU TIEMPO UN VIGUÉS UNIVERSAL"

FEDERICO RIBAS MONTENEGRO | EN SU TIEMPO UN VIGUÉS UNIVERSAL

Fue un genio del dibujo, del diseño gráfico y de la publicidad, considerado en la primera mitad del Siglo XX como uno de los grandes artistas plásticos españoles, con una gran proyección internacional. Pero, como ocurre con otros vigueses relevantes, tanto su obra como su figura son medio desconocidas en nuestra ciudad.

FEDERICO RIBAS MONTENEGRO (1890-1952) nació en Bouzas en una familia de destacados conserveros catalanes por parte paterna. Tras negarse a emprender estudios de Medicina y de suspender – es de suponer que a propósito – unas oposiciones funcionariales, a la edad de dieciocho años decidió meter un par de mudas y un fajo de lápices en una maleta y embarcarse en tercera clase hacia Argentina, abandonando así un entorno vital más que acomodado.

Porque era un rebelde con causa, la de su enorme talento para el dibujo.

En Buenos Aires, tras sobrevivir en algunos empleos, pronto triunfó como ilustrador de revistas de humor gráfico, ganando el suficiente dinero para dos años después trasladarse a París, donde se convirtió en director artístico de la revista Mondial, dirigida por Rubén Darío. Siendo todavía muy joven, su fama era ya internacional: los dibujos femeninos de Federico Ribas eran publicados periódicamente en Nueva York por el magazine Pictorial Review, que se los pagaba nada menos a 250 dólares de entonces.

EN EL MUNDO DE LA PUBLICIDAD SU FIRMA MARCÓ UNA ÉPOCA EN ESPAÑA

Consagrado, famoso y admirado cuando todavía no había cumplido los veinticinco años, en 1914, tras estallar la I Guerra Mundial, regresó a España para instalarse en Madrid y convertirse en un autor popular cuyos dibujos aparecían en las portadas de las grandes revistas de la época, como Blanco y Negro. Unas ilustraciones de  gran calidad que con frecuencia contenían una fuerte carga erótica – es de suponer que menos las de Blanco y Negro – siempre tratada con sutileza y elegancia, una de las señas de identidad de su obra.

Una querencia o sensual inclinación artística que se repetía en los anuncios como los del jabón Heno de Pravia o el agua de colonia de los Laboratorios Gal, siempre protagonizados por atractivas e insinuantes jóvenes damas.

En el mundo de la publicidad se le consideró un gran innovador sobre todo a partir de 1929, cuando se convirtió en director de una gran empresa del sector. Así, en Jerez todavía es recordado y admirado por los carteles anunciadores, tan reproducidos, de sus vinos. Una actividad a la que hay que añadir numerosas portadas para libros de los más conocidos escritores de aquel tiempo, entre ellos el entonces popularísimo Blasco Ibañez.

EL REENCUENTRO CON VIGO Y ALGUNOS VERANOS EN BELUSO

Por entonces ya había restablecido contacto con su familia y visitaba con cierta frecuencia Vigo, en verano pasando temporadas en Beluso, en Bueu, en casa de los Massó, para cuyas conservas realizó atractivos reclamos publicitarios cuya protagonista, junto con la correspondiente sardina, era una novia francesa que él presentaba como Giorgina. El Museo Massó, en la actualidad de la Xunta de Galicia, cuenta con varias obras suyas.

En Beluso, con sus amigos e invitados del mundo de las artes, entre ellos Maruja Mallo, le pilló el levantamiento militar de 1936. Dadas sus ideas republicanas, tuvo que pasar unos meses escondido en Vigo, en la residencia de unos familiares, hasta que en Noviembre de aquel año consiguió escabullirse otra vez  hacia Argentina.

De donde retornó en pleno franquismo muy duro, en 1949. Es de suponer que se le permitió regresar debido a su renombre internacional; pero también a sus contactos. Más tarde, promovido por el Marqués de Lozoya, fue objeto de un homenaje en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Falleció joven, a los sesenta y dos años, en 1952.

En Vigo, en el año 1991, Caixanova organizó una gran exposición retrospectiva, adquiriendo la entidad varias magníficas obras para su colección.

Pero volvió a quedar medio en el olvido el que está considerado como uno de los más destacados artistas plásticos del pasado siglo y un extraordinario publicista.

B.C

– VER AQUÍ OBRAS DE FEDERICO RIBAS

– Las obras de la Colección Caixanova

– Aquí más información sobre Federico Ribas

La familia Ribas produjo otro personaje singularísimo que también está presente en esta sección:
TACHO RIBAS
LA EXTRAORDINARIA VIDA DE UN GRAN NAVEGANTE,
TANTO EN MAR COMO EN TIERRA

 

 

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