Son pocos los vigueses que merezcan tanto reconocimiento como Javier Riera, el que fue director de la planta de PSA en Balaídos entre 1999 y finales de 2006. Si hay vigueses que merecen ser objeto de un homenaje, Javier Riera Nieves es un candidato muy destacado.

No sólo porque tras regresar de Francia en 1998 y ser nombrado máximo responsable de la factoría consiguió al año siguiente convertir la planta en Centro Piloto o productora de modelos en exclusiva mundial, con el lanzamiento del Xsara Picasso.

Esta fue la primera gran aportación de Javier Riera. La segunda el decisivo impulso que proporcionó a Ceaga (Clúster de Empresas de Automoción de Galicia), que había sido fundada en 1997 y que con Riera al frente de la planta de PSA – que se integró en el Clúster – creció hasta alcanzar unas magnitudes que llevaron a las actuales.

Y después supo convertir la planta de Vigo en la primera del Grupo PSA y un ejemplo de eficiencia, productividad y flexibilidad laboral que tratan de imitar las otras factorías de la multinacional francesa.

Tras su retiro del Grupo PSA después de 37 años de carrera profesional en la industria del automóvil, Javier Riera pasó en 2007 a presidir durante un tiempo la Fundación Galega para a Sociedade do Coñocemento, enfocada a impulsar I+D+i, que posteriormente sería disuelta con el retorno del PP a la Xunta tras el Tripartito.

Javier Riera es persona afable, también especial, de amplios y profundos conocimientos, experiencia y capacidad de trabajo. Y un vigués pero que muy vigués que ejerce como tal. Al que hay que estar casi eternamente agradecidos por haber convertido a Vigo en una referencia de la industria europea del automóvil.

Por haber impulsado la creación de esos tantos miles de puestos de trabajo que sostienen a otras tantas familias de Vigo y su área metropolitana.

Javier Riera se merece ese homenaje que parece ser se está preparando, ya era hora.

J. TORRADO