Punto de Mira
Artículo publicado
04/12/2022
vigoempresa
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LA CALLE DEL PRÍNCIPE
SIEMPRE RESISTE
Lo hizo en 1975 con la llegada
de El Corte Inglés y ahora con Vialia
La pequeña fotografía de la izquierda abajo corresponde a los años treinta. Aunque permanecían las vías, por la calle ya no circulaban tranvías

En los años 50, 60 y primeros 70 del siglo pasado vivió la calle del Príncipe sus momentos de mayor esplendor. Pero en 1975, con la llegada de El Corte Inglés se produjo el derrumbe. Para la época, los grandes almacenes eran impresionantes y durante bastantes años fueron principales protagonistas de la vida comercial de la ciudad.
La mole de El Corte Inglés se convirtió en otro centro urbano. Allí no sólo iban los vigueses a comprar, en muchos casos – sobre todo en su supermercado – productos nuevos que desconocían. Pero no sólo a comprar, también a pasear, a subir escaleras mecánicas, incluso a pasar la mañana o la tarde. Y también a comer, pues el principal de sus restaurantes se convirtió en una referencia gastronómica de la ciudad, también con una ofertas novedosas, como la fideuá, que sorprendió mucho. Y unas excelentes gambas de Huelva.
El Corte Inglés creó un nuevo turismo. Por un lado el de los portugueses, los más pudientes para pasar el fin de semana haciendo considerable gasto en alojamiento y hostelería; y el de los menos pudientes, que acudían en excursiones de autobús desde sus pueblos fronterizos. También de gentes de toda Galicia Sur, de Ourense y Pontevedra.
Para la calle del Príncipe aquello significó un mazazo. Cerraron no pocos establecimientos de gran prestigio y larga tradición, y la calle perdió sus ritmos. Una situación que se prolongó durante bastantes años. Pero, poco a poco, Príncipe revivió. Y, desde la lejanía conviviendo en paralelo con el Corte, en los últimos veinte años, con la llegada de marcas internacionales, vivió otra época de resplandor, eje urbano de referencia y con una gran personalidad.
Y EN ESTO LLEGÓ EL GRAN COMPLEJO DE VIALIA
El complejo viario, comercial, lúdico de Vialia significa para Vigo un enorme salto en la calidad de ciudad. Una de las actuaciones urbanísticas más importantes de su historia, sino la más destacada.
Tras su inauguración la calle del Príncipe tembló, hubo deserciones comerciales y la calle se vino un poco, solo un poco abajo. Pero Príncipe no sólo es un referente, también un emblema. Vivan donde vivan, en cualquier barrio, la brújula mental ciudadana de los vigueses tiene muy marcada una señal que apunta a Príncipe.
Además, no hay que olvidarlo, allí se encuentra – lo que es importante para muchos – la magnífica sede social del Celta de Vigo, en el estupendo edificio que ocupaba el en su día muy activo Círculo Mercantil. Y también el Marco, Museo de Arte Contemporáneo, cuyas escalinatas de entrada son con frecuencia escenario de actos reivindicativos y otros.
En lo comercial, para que la calle no pierda su esencia comercial, Zara se instala en una de sus mejores esquinas, en la gran superficie que ocupaba una de las marcas extranjeras que se trasladó a Vialia. Y Zara servirá de imán para el público y para otros comercios.
La calle del Príncipe siempre resiste. Ahora también, transcurridos más de ciento sesenta años desde su apertura enmarcada en el primer ensanche de la ciudad.
V.E
La calle del Príncipe se abrió en 1861 tras la demolición de las murallas que rodeaban el Casco Vello. En los siguientes años se convirtió en un eje de referencia urbano – la ciudad en enorme crecimiento – donde tenían su sede no sólo comercios, también la instalaciones de Correos, las oficinas de la Mala Real y el Cable Inglés.
Ya había sido adoptada por los vigueses como lugar de paseo sabatino y dominical, de caminarla de un lado para otro, cruzarse, saludarse y ver los escaparates de los establecimientos de los comerciantes castellanos y leoneses establecidos en la bullente ciudad de Vigo.