Peloteando

LOS NIÑOS TIENEN QUE HACER DEPORTE
Porque o cambiamos ya
o nos vamos directos al abismo

El coronavirus causante de la pandemia apareció de repente y nos sorprendió a todos. Por el contrario, el problema al que nos vamos a referir viene avisándonos desde hace mucho tiempo, hasta ahora sin ninguna respuesta por parte de los responsables de solucionarlo. El tiempo ha transcurrido y el problema se ha ido agravando peligrosamente.

LOS NIÑOS TIENEN QUE HACER DEPORTE | Porque o cambiamos ya | o nos vamos directos al abismo

El cambio que necesita nuestro país en el tema de la educación física de nuestros niñ@s y jóvenes es urgente e imprescindible para atajar de raíz un problema vital.

La obesidad, el sedentarismo, y la falta de motivación de gran parte de nuestros jóvenes en la práctica de actividades deportivas,  suponen un tema de máxima importancia, porque significa que en un futuro cercano, tendremos a una gran parte de la población, condenada a vivir con poca salud y limitadas sus posibilidades de ocio. Otra grave consecuencia, es que ello nos llevará, a que el incremento del gasto público para atender a una sociedad prematuramente enferma, no podrá ser asumible.

Para conseguir revertir la situación, es necesario modificar el sistema de funcionamiento actual, y además de las medidas expuestas en anteriores artículos, darle un cambio de concepto a la competición.

Actualmente, tanto en los centros escolares, como en clubs y escuelas deportivas, se selecciona para competir desde edades muy tempranas a los niñ@s que más destacan en cada actividad, prescindiendo del resto.

A los primeros, se les facilita más entrenamiento, con lo que aumentan la diferencia de habilidades con los no seleccionados. La consecuencia es que la mayoría de los alumnos se sienten marginados, faltos de competición y con cada vez más baja autoestima y motivación, y esto les lleva, al abandono de toda actividad deportiva, a la que acaban ignorando en algunos casos, y aborreciendo en los más extremos.

La solución a este problema evidentemente no pasa por reducir la competición, tan necesaria para la formación personal, y tan motivante y lúdica para los pequeños, sino ampliarla a todos los alumn@s. Veamos el ejemplo en una clase de 30 alumnos. En cualquier actividad deportiva que realicemos, podremos obtener una clasificación del 1 al 30.

Dividamos a la clase en dos grupos de 15, los pares en uno y los impares en otro. Competirían  equipos parejos, en los cuales, todos jugarían lo mismo y todos se sentirían igual de importantes.

Si nos referimos a deportes individuales o por relevos, el sistema sería similar: el 1 tendría como rival al 2, el 3 al 4…el 29 al 30. Todos compitiendo lo mismo, en un nivel similar y con la misma motivación.

Como vemos no es difícil encontrar soluciones que consigan un cambio positivo: su puesta en marcha, conllevaría un cambio en las competiciones, dejando para los más destacados, las competiciones autonómicas, nacionales e internacionales, siguiendo las recomendaciones de los organismos oficiales sobre la conveniencia de que estas, no se desarrollen antes de los 12 años.

De esta forma, ayudaremos a concienciar  las diferencias entre deporte profesional y deporte aficionado, y evitaríamos la confusión actual que llega hasta edades tempranas, con cargas de entrenamiento y tensiones claramente exageradas y perjudiciales para el desarrollo de los niñ@s.

Para ello, es necesario  no caer en el error de obtener resultados y ´”éxitos” tempraneros,  imponiendo a los pequeñ@s metas imposibles.

DEPORTE Y ADEMÁS UNA DIETA SANA

Una mayor información para toda la sociedad, máxima exigencia de formación y honestidad en los entrenadores, y unas adecuada normativa, con su consiguiente supervisión y aplicación  por parte de federaciones y organismos oficiales, son medidas necesarias, urgentes e imprescindibles, para resolver la grave situación actual.

Este cambio de modelo, en que todos los alumn@s participen, en absoluto frenará el desarrollo de aquell@s que realmente tengan unas condiciones excepcionales. Integrados en sus clases y equipos, mantendrán la sociabilidad adecuada a su edad, y sentirán la admiración estimulante de sus compañeros.

Cuanto más tarde sea la separación de sus compañeros de clase porque la especialización lo requiera más podrán disfrutar de un ambiente familiar.

Por supuesto, que como ya mencionábamos en artículos anteriores, el aumento del número de horas de actividad física en colegios y escuelas, con la participación de todos los alumn@s es imprescindible, al igual que la información sobre las dietas sanas de alimentación.

El profesor Odriozola apuntaba, a la creación de una asignatura  para higiene, alimentación  y conocimiento del cuerpo. Sin duda que es más necesaria y práctica para la vida, que otras asignaturas que figuran en el programa escolar actual. Lo que es incuestionable, es que la actividad física, los deportes, la información sobre una alimentación adecuada, tienen que tener mucha más importancia que la que figura en estos momentos en los centros escolares.

El problema es serio: o cambiamos ya o nos dirigimos directos al abismo.

 

 

 

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