Vigo en marco
Artículo publicado
13/10/2020
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Luis Torras
La añoranza de una Castilla que nunca fue suya pero en la que reflejó su alma está presente en buena parte de su obra. Incluso rebusca en algunos paisajes gallegos en los que pretende recordar los amarillos de las tierras secas y adustas. Lo consigue, por ejemplo, en A Lanzada, partiendo de la arena y de un espacio vacío del que se apropia. Un cuadro en el que al fondo está Castilla. Nacido en Vigo en 1912 es una de las personas más longevas de Galicia.

Luis Torras es, sin ninguna duda, uno de los más grandes pintores gallegos contemporáneos.
Nacido en Vigo en 1912, hijo de padre catalán y madre gallega, desde siempre rehuyó el contacto con los ambientes frecuentados por los otros artistas, tampoco quiso saber nada de galerías de arte. Ni siquiera mostró nunca demasiado interés por vender sus cuadros – desde luego, no a cualquiera que él no considerara digno -, y jamás acudió de buen grado a actos sociales. A su avanzada edad, desde hace años apenas sale de su casa cercana a la Plaza de España.
No se conoce mucho de su vida. Se sabe que cursó estudios de arte en la Escuela de San Fernando, de Madrid, también que fue militar durante una larga etapa. Dio clases de pintura y dibujo en la Escuela de Artes y Oficios y es propietario de uno de los pequeños negocios más tradicionales de Vigo, la Cerería San José, que lleva muchas décadas surtiendo de velas grandes y pequeñas a los fieles que acuden a la procesión del Cristo de la Victoria.
De una personalidad tan fuerte como su pintura, apartadizo de la gente, con alma de poeta duro y huraño por fuera, blando por dentro, nunca fue muy amigo de vender su obra, como ya dijimos. Y mucho menos de la publicidad o promoción personal. Sin embargo, en el año 1998 tuvo un gran gesto: donó a la ciudad 50 cuadros y otros 17 los quiso ceder en régimen de depósito para la exposición permanente de la Colección Luis Torras en la Casa das Artes, uno de los grandes legados artísticos que posee Vigo.
Allí podemos contemplar unos bodegones que son de los pocos cuadros en los que recurre a la temática gallega (mariscos, cuncas de vino, pan de Porriño), junto con los cuadros urbanos del Berbés y su entorno y los magníficos retratos que le hizo a su mujer, también el de su hijo Luis.
Y Castilla, hay mucha Castilla en los paisajes. Mientras que a los grandes formatos recurrió para plasmar las ciudades monumentales: Toledo, Burgos, Avila, Salamanca. También la catedral de Compostela, como única no castellana.
Otra singularidad que distingue a Luis Torras de los demás pintores gallegos son esos cuadros de toros, en rojos explosivos, que reflejan las capeas en las plazas de los pueblos en la Castilla profunda.
Es un enorme pintor.