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OSCAR BURRIEZA
El jugador gallego que demostró al tenis español que también se podía ganar en hierba. En la fotografía, en Wimbledon 1987, el jugador, que acababa de superar la fase previa, con el autor de este artículo.

En hierba, Santana ganó Wimbledon en 1966 y dos años más tarde Manolo Orantes se hizo con la prueba junior. Entre medias, Andrés Gimeno fue finalista en Australia contra Rod Laver en 1967.
Desde entonces y tras la retirada de estos extraordinarios jugadores, los mejores de nuestro país hasta la aparición de Rafa Nadal, la realidad es que no hubo ningún triunfo español en ningún torneo de hierba hasta 1997. Un año en el que el lucense Óscar Burrieza, con 21 años, superó la fase previa de Wimbledon, para dos semanas más tarde ganar el torneo de Manchester, demostrando así al resto de jugadores españoles que se podían adaptar al juego sobre césped al que eran tan reacios en las últimas décadas.
Burrieza que se formó en el Centro de tecnificación de Pontevedra, había pasado ya a primeros de ese año 1997, la fase previa del “Open” Australia, teniendo que abandonar por lesión en la 1º ronda del cuadro final.
Precisamente una lesión en la rodilla que sufrió en el US Open, condicionó toda su carrera deportiva, en la que ganó circuitos en Portugal, Turquía y Grecia; y fue finalista en el “Challenger” de Azores, cuarto finalista en Hong Kong y octavo finalista en Halle, siendo preseleccionado para el equipo español de Copa de Europa.
Alcanzó el puesto 126 de la clasificación mundial de la ATP; pero la grave lesión en la rodilla y las múltiples operaciones a las que tuvo que someterse para continuar jugando le impidieron conseguir el puesto que por sus condiciones merecía.
Aun así consiguió victorias sobre jugadores tan importantes como Marat Safin, Nalbandián, Alami, Feliciano López, Magnus Larson, Martin Danm, Ivan Lyubicic, llegando a tener dos bolas de partido en Halle 2.000 a Kafelnikov, nº 3 del mundo en aquel momento y que ese año ganaría el oro olímpico.
Otra jornada histórica para el jugador gallego fue cuando en el Campeonato de España celebrado en La Coruña, en 1998 estuvo a punto de ganarle a Alex Corretja, el año en el que el catalán ganó el torneo Masters de la ATP. Ese día, Óscar bordó la dejada, ante un rival desconcertado que no veía la forma de contrarrestar el juego de su rival, aunque al final terminó imponiendo su mayor experiencia
El jugador lucense, con su mentalidad ganadora y una gran velocidad de piernas y sobre todo de mano, era capaz de ganar a cualquier rival en un día; pero su rodilla le impedía completar varios partidos seguidos.
Ello le retiró prematuramente; pero la carrera tenística de Burrieza continuó como entrenador. Primero por libre, y posteriormente contratado por la Federación de Madrid. En estos momentos, aprovechando su experiencia como jugador, y sus cualidades de excelente analista, cualidad importantísima, Oscar es uno de los técnicos más respetados y cotizados del tenis español.
Galardonado por la Xunta con la medalla al mérito deportivo, el lucense fue un referente en el Centro de Tecnificación de Pontevedra. El de un deportista gallego y formado en Galicia, con un entrenador gallego, que triunfó por todo el mundo.
Luego, siguiendo su estela, vinieron Teresa Portela, David Cal, Javier Gómez Noya…, que elevaron al deporte gallego a lo más alto del deporte mundial.