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Pepe Casal
un vigués decisivo
en la trayectoria
de Pau Gasol
En la fotografía, Pepe Casal entre Pau Gasol y Juan Carlos Navarro

El pasado 5 de octubre Pau Gasol anunciaba su retirada del baloncesto. El mejor jugador español de todos los tiempos, a sus 41 años y con riesgos en su físico si continuaba, decidió que ya era hora de poner fin a una trayectoria impresionante, con registros espectaculares y un sinfín de estadísticas que le aúpan al nivel de los mejores jugadores en la historia del baloncesto.
Quien iba a pensar años atrás, cuando Pau tenía una estatura fuera de lo normal y era un chaval extremadamente delgado y enclenque, que se convertiría en uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos y en una figura de relevancia mundial. Para que ello sucediese tuvieron que darse una serie de factores determinantes que posibilitaron los extraordinarios éxitos del baloncestista barcelonés.
LA APARICIÓN DE PEPE CASAL
Uno de los más importantes tuvo que ver con un vigués que destacó como velocista en su época escolar, que mostró sus inquietudes deportivas mientras estudiaba en Santiago, creando el Club Universitario de Atletismo, y que llegó al baloncesto como preparador físico: Pepe Casal, “Pepiño” para sus amigos más cercanos, que participó en el crecimiento del Obradoiro hasta su ascenso a la 1º división y comenzó a entrenar a las selecciones juveniles españolas con Antonio Díaz Miguel.
A partir de entonces simultaneó su cargo de funcionario de la Xunta con la preparación de las selecciones juveniles (1974-1992) hasta que en 1999 su admirado Aito García Reneses, en aquel momento entrenador del Barca, le llama para un encargo muy concreto. “Pepe, tengo a dos chavales en el equipo con un gran talento; pero con un físico que necesita moldearse, y creo que tu eres la persona adecuada para lograrlo”. Pepe acepta el reto, pide excedencia y se va a Barcelona a cumplir el encargo. Allí se encuentra con Gasol y Navarro, que eran los jugadores a los que se refería Aito. Navarro ya destacaba, mientras que Pau era más llamativo por su estatura, de 2,12, y su extremada delgadez, 89 kilos. Pepe ya había trabajado con Fernando Martín para fortalecer el tren inferior del trágicamente desaparecido jugador madridista y ahora se encuentra con un jugador inteligente pero algo vago, al que hay que fortalecer si quiere competir a alto nivel. Desde el principio basa sus objetivos en que gane peso, adquiera más músculo sin perder velocidad.
“Me ayudaste cuando era un tirillas y tenía que dar un cambio físico para poder jugar contra hombres”.
Así se lo reconoció, en su despedida, Pau a Pepe Casal. Su agradecimiento a una persona exigente, a ratos un sargento, a ratos psicólogo, a veces confesor y siempre amigo, que fue decisiva en su formación.
EL CAMINO HASTA LA NBA Y LOS GRANDES LOGROS
Para lograr el objetivo, Pepe toma una decisión contraria a sus principios – la formación integral del deportista – y comunica a sus padres la conveniencia de que posponga sus estudios (primero de medicina) dado el tiempo de entrenamiento que se necesita, cuatro sesiones diarias, para paliar sus carencias físicas.
Mediante una dieta adecuada y múltiples horas de trabajo, Pepe no solo logra mejorar su físico, sino que también le convence de que el talento sin trabajo y esfuerzo no basta. A ambos se les escapan unas lágrimas cuando logran que la báscula marque cien kilos.
Posteriormente, ya figura codiciada y con la decisión tomada de irse a la NBA, Pau piensa llevarse con él a Estados Unidos a su novia.
Pepe vuelve a tener una labor decisiva: hablar con sus padres, Agustí (enfermero) y Marisa (médico), para convencerles de la importancia que tiene que sean ellos los que le acompañen, para así crearle un ambiente familiar y un entorno ideal.
Los padres de Gasol, a pesar del sacrificio que para ellos suponía el dejar sus trabajos, acompañarán a Pau en su aventura americana. Lo que viene después ya es conocido por cualquier aficionado al deporte.
Pero lo que seguramente no sea tan conocido es que desde su marcha a la NBA en las vacaciones de verano Pau contrataba a Pepe Casal para ayudarle a mantenerse e incluso mejorar su forma física. En plenas vacaciones, Pau y Pepe completan 54 sesiones de preparación física en el verano de 2.002; 62 en el de 2,003; 57 en el del 2.004; 86 en el del 2.005. En el 2006 Pau consiguió el oro en el Campeonato del Mundo en Tokio, donde fue considerado el mejor jugador del torneo. Y en los Juegos de 2008 la medalla de plata.
Han pasado más de veinte años desde que Pepe Casal se cruzó en la vida de Pau Gasol y, al igual que entonces, al vigués afincado en Santiago le apasiona más la pesca fluvial que el baloncesto. Mientras que el gran jugador catalán, ya retirado, cargado de títulos y de reconocimiento, sigue siendo igual de humilde y sencillo que aquel larguirucho “tirillas” de 1999.