Peloteando

RECORDANDO A
GENARO BORRÁS
Un ejemplo no sólo de deportividad

Era el doctor Borrás para sus pacientes, Genaro para infinidad de personas y Gena para su familia e íntimos.

RECORDANDO A | GENARO BORRÁS | Un ejemplo no sólo de deportividad

De la muerte de Genaro Borrás pronto se van a cumplir 14 años; pero su recuerdo perdura en la gente como si hubieran estado con él recientemente. La desaparición de Genaro dejó un vacío imposible de llenar porque su personalidad era única.

Hace unos años entrevisté a Javier Lozano, laureado entrenador y seleccionador nacional de fútbol-sala con el que coincidió en el mundial de Corea: “De él destacaría su gran humanidad. Era un aglutinador; pero sobre todo me sorprendió su inteligencia”.

“Como utilizaba la ironía para desdramatizar la vida, ante cualquier problema, ante cualquier situación siempre aparecía la ironía. Todo lo que hacía me parecía de una gran naturalidad, tanto que yo parecía su perrito faldero, siempre detrás, aprendiendo de sus gestos, de sus risas, porque me parecía una biblioteca andante. De una situación dramática siempre sacaba el lado positivo, como ante un socavón veía la gracia. Una persona que sabía reírse de si mismo, sabía reírse del mundo. Fue un gran descubrimiento para mí”.

TRAYECTORIA COMO MÉDICO DEL CELTA Y DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLA

Tras más de 15 años de médico en la selección española – 29 en el Celta – Genaro tuvo relación con multitud de jugadores. Una característica en la que todos coincidían era que para ellos era algo más que un médico, alguien especial que caló en sus personalidades.

 Zubizarreta lo recuerda como un gran escéptico, alguien siempre dispuesto a escuchar y que entendió muy bien lo que era un vestuario de fútbol. Luis Enrique lo define como “una persona directa y auténtica”, que aportaba mucho más que la función medica. “Me gustaba su manera de ver la vida, su actitud de relativizar y darle la importancia justa a cualquier problema que surgiese. Congenió con todos, fue alguien muy querido y yo personalmente me alegro y me enorgullezco de haber podido compartir muchos momentos con él”.

 Villar, por entonces presidente de la Federación Española, lo tildaba de un gran profesional, una persona muy querida, destacando su sencillez, naturalidad y lealtad. Mientras que Luis Aragonés señalaba que en los cuatro años que había trabajado con él le había dejado una huella importante.

MI RELACIÓN ESPECIAL CON GENARO 

Infinidad de reseñas similares podían añadirse a las anteriores para definir a Genaro Borrás: pero creo mejor ofrecerles aquí la experiencia de la persona más cercana aparte de su familia. O sea, la mía personal.

Como decía Gena en un antiguo programa de televisión local: “Fernando y yo hemos vivido primero en la misma habitación, luego en el mismo piso y en el coche unos doscientos años”. A lo que habría que añadir, digo yo, infinidad de partidos, primero de tenis y luego de squash.

A lo largo del tiempo compartí con él múltiples anécdotas y vivencias que darían para escribir un libro. Podría reincidir en que era una persona especial, ameno, que lo relativizaba todo y con mucha mano izquierda para evitar confrontaciones; pero quiero referirme a otra cualidad que siempre tuvo y que yo, que la viví en primera persona, siempre he admirado.

Genaro siempre fue un gran deportista que destacó en todos los deportes que practicó, principalmente en tenis y squash. En dobles y por equipos conseguimos victorias conjuntas; pero en individual, en la infinidad de veces que nos enfrentamos jamás consiguió vencerme. En todos esos partidos, que en muchas ocasiones fueron finales, nunca Gena tuvo un mal gesto ni durante ni al acabar los partidos, ni nunca esa rivalidad deportiva afectó en ningún momento nuestra amistad. Cada partido suponía una victoria para mi; pero lo más destacable es que era, por su parte, una lección de deportividad y de saber perder.

Genaro fue una persona especial a la que mucha gente acudía a consultar aspectos que no tenían que ver con la traumatología, sino más bien con la psicología. Eran habituales los corros que lo rodeaban a la vuelta de los partidos de la selección para escuchar sus amenas anécdotas; pero por encima de otras virtudes yo deseo destacar la DEPORTIVIDAD de un excelente profesional que rechazó una importante oferta con una razón muy personal “Yo respiro aquí, no respiro en Madrid”.

Desgraciadamente el corazón de Gena se paró demasiado pronto.

Con su personalidad, dejándonos un ejemplar legado.

El autor de este artículo con Genaro Borrás antes de uno de los múltiples partidos de tenis que ambos disputaron.

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